LA CERTEZA DE SU VENIDA
Quiero darles la bienvenida a la ‘Esquina del Pastor.’ Espero y oro para que los pensamientos y comentarios, en esta sección, sean de bendición y lo puedan atraer a una relación mas estrecha con el divino Nazareno. Jesucristo, quien vivió y creció en Nazaret en una sociedad de baja reputación (Juan 1:46), murió y resucitó en el tercer día…Él es el Salvador del mundo y pronto está por regresar como Rey de reyes y Señor de señores.
Amigo mío, usted y yo estamos viviendo en tiempos portentosos. El “tiempo” que Dios le ha asignado al planeta tierra se está escurriendo con tanta prisa… Parece ser que nuestra sociedad se desangra de cada esquina, y el hombre es incapaz de ponerle un alto, ó tomar las riendas al desenfreno de nuestros principios morales, costumbres, etc. que gobiernan la decencia y elevan a la humanidad. Estos son indicios de un anticipado colapso y derrumbe de nuestra civilización; el hombre y la naturaleza claman por una poderosa intervención divina en nuestro mundo.
No obstante, hay quienes se empecinan en descartar la noción de Dios en sus vidas, ó el concepto inherente de Su involucramiento en los asuntos del pasado, presente y futuro de nuestro planeta.
Otros, se mofan de la anunciada venida de Jesucristo y lo consideran como una ilusión vana del creyente. Algunos podrán especular que, quizás, sea el resultado de una imaginación fantasiosa acompañado de un déficit mental subyacente.
Pero en medio de los imperativos negativos que nos asedian, una cosa se mantiene firme: que la sagrada expectativa de Su Segunda Venida, anidada en el corazón de muchos, no es una aseveración caprichosa, antojadiza o inestable.
Las vidas de los hombres, más notables del ayer, han sido iluminadas y sus senderos pavimentados con la esperanza milenaria atesorada en sus corazones, de que Jesus vendrá otra vez, asi como lo prometió!
Ya en la aurora de este mundo el patriarca Enoc profetizó: “…Miren, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra Él.” (Judas 14,15) Abraham, el padre de los Fieles, “esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor.” (Hebreos 11:10.)
La bienaventurada esperanza en el señorío divino y el triunfo definitivo de la vida sobre la muerte, fué el principio cardinal que sostuvo la fé de Job en medio de los altibajos, y lo impulsó a decir: “ Yo sé que mi Redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte. y, cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos. Yo mismo espero verlo; espero ser yo quien lo vea, y no otro. ¡Este anhelo me consume las entrañas!” (Job 19:25-27)
ʕCúal fue la vision que el rey David, el Dulce Cantor y rey de Israel, tuvo acerca del futuro? “Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de El, y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo.” (Salmo 50:3,4) Mi querido amigo, ʕcúal es su visión y pensamiento, acerca de su futuro, que inunda su mente? Denison Gil, pastor.
Quiero darles la bienvenida a la ‘Esquina del Pastor.’ Espero y oro para que los pensamientos y comentarios, en esta sección, sean de bendición y lo puedan atraer a una relación mas estrecha con el divino Nazareno. Jesucristo, quien vivió y creció en Nazaret en una sociedad de baja reputación (Juan 1:46), murió y resucitó en el tercer día…Él es el Salvador del mundo y pronto está por regresar como Rey de reyes y Señor de señores.
Amigo mío, usted y yo estamos viviendo en tiempos portentosos. El “tiempo” que Dios le ha asignado al planeta tierra se está escurriendo con tanta prisa… Parece ser que nuestra sociedad se desangra de cada esquina, y el hombre es incapaz de ponerle un alto, ó tomar las riendas al desenfreno de nuestros principios morales, costumbres, etc. que gobiernan la decencia y elevan a la humanidad. Estos son indicios de un anticipado colapso y derrumbe de nuestra civilización; el hombre y la naturaleza claman por una poderosa intervención divina en nuestro mundo.
No obstante, hay quienes se empecinan en descartar la noción de Dios en sus vidas, ó el concepto inherente de Su involucramiento en los asuntos del pasado, presente y futuro de nuestro planeta.
Otros, se mofan de la anunciada venida de Jesucristo y lo consideran como una ilusión vana del creyente. Algunos podrán especular que, quizás, sea el resultado de una imaginación fantasiosa acompañado de un déficit mental subyacente.
Pero en medio de los imperativos negativos que nos asedian, una cosa se mantiene firme: que la sagrada expectativa de Su Segunda Venida, anidada en el corazón de muchos, no es una aseveración caprichosa, antojadiza o inestable.
Las vidas de los hombres, más notables del ayer, han sido iluminadas y sus senderos pavimentados con la esperanza milenaria atesorada en sus corazones, de que Jesus vendrá otra vez, asi como lo prometió!
Ya en la aurora de este mundo el patriarca Enoc profetizó: “…Miren, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra Él.” (Judas 14,15) Abraham, el padre de los Fieles, “esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor.” (Hebreos 11:10.)
La bienaventurada esperanza en el señorío divino y el triunfo definitivo de la vida sobre la muerte, fué el principio cardinal que sostuvo la fé de Job en medio de los altibajos, y lo impulsó a decir: “ Yo sé que mi Redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte. y, cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos. Yo mismo espero verlo; espero ser yo quien lo vea, y no otro. ¡Este anhelo me consume las entrañas!” (Job 19:25-27)
ʕCúal fue la vision que el rey David, el Dulce Cantor y rey de Israel, tuvo acerca del futuro? “Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de El, y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo.” (Salmo 50:3,4) Mi querido amigo, ʕcúal es su visión y pensamiento, acerca de su futuro, que inunda su mente? Denison Gil, pastor.